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Valparaíso Cultural

Juan Cámeron, Poeta: EL EXILIADO IMPOSIBLE

La pasión que este escritor de 55 años siente por la literatura, lo llevó en varias ocasiones a plasmar sus versos en cualquier lugar, "con esa letra tan bonita que tenía escribía en todos lados, puertas, ventanas, donde fuera", asegura una de sus vecinas de Pedegua.

Por Catheryn Cárcamo

juan cameron

Es de noche y los bares de Valparaíso están en silencio, la belleza de las ruinas retroceden y unos rostros de conmoción observan el vacío. En él se zambullen imágenes y sensaciones que retuercen el pasado. Las palabras nadan en el aire, y se escuchan como la mejor música de fondo. Es la melodía perfecta, esa que se desplaza desde la sutileza misma, al más violento de los llamados.

Es la magia de la poesía, esa palabra que un buen día un loco le gritó a Valparaíso en el oído, el resplandor de una frase que inundó de forma irreversible los cerros de la ciudad.
Desde un balcón que juega a esconderse entre los repliegues del cerro Jiménez, hay un hombre que observa el espectáculo en silencio. Cierra los ojos y se da tiempo para imaginar como sería la vida "si los poetas gobernaran el mundo".

Es Juan Cameron, y aunque su figura pasa desapercibida por la calle, su nombre guarda a una de las personalidades literarias más reconocidas de la región.

Recientemente - a fines del 2002 - reeditó su libro "Ascensores Porteños", un poemario visual publicado por primera vez en 1999 que intenta transportar a los lectores, a la historia e imagen de los característicos elevadores de la ciudad.

Sin embargo, el escritor no se identifica con el cúmulo de artistas que usualmente utilizan a Valparaíso para llenarse de la materia prima necesaria para crear y colmar, según el propio autor "al puerto de estereotipos que muchas veces llegan a rozar lo caricaturesco".

Su relación con la ciudad otra, así lo entiende uno de sus compañeros de poesía Sergio Madrid, "sus escritos en general no transportan a ningún lugar determinado y si bien su poesía es urbana, no encontramos en ella un sello explícito para decir que se trata de una localidad a la cual podamos nombrar".

Posiblemente, esto se deba a las constantes estadías de Cameron fuera del país; Vivo está en su memoria ese improvisado último discurso de Allende por las ondas de Radio Magallanes. Las palabras que le hicieron saltar de la cama y pensar en lo peor: "me asusté. Aunque no era militante, tenía una relación muy cercana con la Jota y eso era sabido".

EL AUTO-EXILIO DEL POETA

Así las cosas, a comienzos del 74' partió a Argentina junto a su primera esposa e hijo "pensando que allá nada podía ser tan malo". La profecía se hizo realidad cuando se adjudicó el Premio Casa de las Américas, luego de enviar a Cuba su libro "Fe de Ratas".

Sin embargo, una insostenible situación política y social le hizo decidir tres años mas tarde el regreso a Chile para instalarse con su familia en Pedegua, localidad rural de la Quinta Región, desde donde obtuvo el certamen de Viña del Mar, triunfo con el cual regresaría al circuito literario de la región.

Es precisamente por esos años, a comienzos de la década de los 80's, cuando se reencontró con sus compañeros de letras, y su nueva casa de Valparaíso se convirtió en el lugar de reunión para personajes como Raúl Zurita, Juan Luis Martínez, Sergio Badilla y Tomás Moro.

Sin embargo esas largas jornadas en el hogar del poeta se truncaron con la llegada del año 1987, cuando en un confuso episodio en el bar "La Unión Chica" Juan es acusado de encubrir a un par de universitarios que habían robado el arma a un efectivo policial.

Enrique Moro, actual dueño del restaurant "Emile Dubois" quien también estaba presente esa noche recuerda que ambos "fuimos amenazados de muerte y el Cameron se asustó tanto, que debió esconderse en la Vicaria de la Solidaridad". La historia siguió escribiéndose con el auto-exilio en Suecia, país donde Juan trabajó redactando artículos para el semanario "Liberación".

Después de 10 años, el poeta regresó a Chile con varios premios y reconocimientos sobre sus hombros, entre ellos el de la Revista de Libros del Mercurio y el Municipal de Valparaíso, ambos ganados en el año 1996 desde su residencia en Europa.

EL POETA INSTITUCIONAL

A pesar de vivir lejos de Valparaíso en varias ocasiones, la relación de Juan Cameron con el puerto cada día se estrecha más, y continuas son sus participaciones en la promoción de eventos destinados al desarrollo de la actividad artística en la zona. Sus visitas a la Municipalidad y a la Intendencia son cada vez más frecuentes, a estos lugares lleva sus proyectos y trabaja periódicamente en la edición de libros donde los intelectuales de la región publican sus obras.

Por esta razón, Madrid lo define como "un escritor institucional, se asume como un profesional. Por eso se responsabiliza de lo que sucede con el quehacer literario de Valparaíso".

A pasar de llevar una ocupada vida entre sus frecuentes visitas al Departamento de Cultura del municipio porteño y la realización de talleres, Cameron se da el tiempo necesario para escribir poesía y observar a Valparaíso desde el balcón de su casa. Ahí lleva una vida tranquila, tal como lo señala entre risas su compañero de letras, "era bohemio y mujeriego. Ahora se transformó en un viejo cuico, que se acuesta a las 10 de la noche".

Algunas PUBLICACIONES

-Las manos enlazadas, Edeval, Valparaíso, 1971.
-Una vieja joven muerte, Del Café, Valparaíso, 1972.
-Perro de circo, Edición del Premio Rudyard Kipling, Santiago, 1979.
-Escrito en Valparaíso, Gráfica Marginal, Santiago, 1982
-Cámara oscura, Editorial Manieristas, Santiago, 1985.
-Registro curricular, Cuadernillo, Editorial del Café, Valparaíso, 1997.
-Ascensores porteños/ Guía práctica, Altazor-FONDART, Santiago, 1999
-Jugar con la palabra, (antología 1971-2000), Editorial LOM Santiago, 2000.

Algunos PREMIOS

-Federación de Estudiantes de Chile (FECH) 1972
-Gabriela Mistral, I. Municipalidad de Santiago, 1982
-Premio Revista Liberación, Malmö, Suecia, 1987
-Premio Revista de Libros, El Mercurio, Santiago, 1996
-Premio Municipal de Literatura, Valparaíso, 1996
-Premio Villanueva de la Cañada, Madrid, España, 1997
-Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, en Poesía, 1999

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